CONTAR CON LOS CUENTOS - Salva Atienza Valiente/ SALVA TRASTO
1.- CUENTO SIN FINAL. Fábula: Tradición Oral.
“El lobo Peliazul y el gallito astuto”. Cuento Tradición Oral de Georgia.
PUNTO
DE PARTIDA:
Nadie
recuerda bien cómo ocurrió todo. Sólo se sabe que un día un lobo entró
corriendo en una tintorería, cayó en una caldera llena de tinte azul y, cuando
pudo salir, su piel parecía un cielo sin nubes.
¿Cómo puede continuar?
Tarea individual, escribir a partir de
ese punto de partida.
Un punto de partida inusual, el
conflicto se convierte en un regalo, es decir, el accidente brinda una
oportunidad. Lo aparente nos sorprende.
Se sorprende con lo INESPERADO. Como en la improvisación, si se
quiebra la rutina se torna interesante lo que acontece. Tomad permiso para
delirar.
2.- OBJETO MARAVILLOSO
Una vez con la idea clara del elemento
que llamaremos el “Objeto maravilloso”, con la imaginación creadora,
inventamos, recreamos, soñaremos con algunas cualidades maravillosas que pueda
contener. La propuesta es elaborar un cuento, contando esas cualidades. Os
podéis ceñir a la estructura clásica de: principio, nudo y desenlace, es una
opción.
Desde nuestro canal de Youtube pueden
acceder a sesiones de Cuentos y Canciones Tontas. Os informo de que si os
suscribís os avisarán cada vez que se estrene algo, en este diciembre 2020
salen, al menos, dos sesiones nuevas. CANAL: SALVA TRASTO
EL MISTERIO- LO SOBRENATURAL- LO MÁGICO
3.- TAREA FINAL: “El final”
Dejo cuatro imágenes, de cuatro cuadros, de
un estudio personal que hice sobre “Historia del Arte”. La invitación es que una de esas imágenes sea
el final de un Cuento. Teniendo ese final claro, escribir y recrear qué pasó
hasta llegar ahí.
Contar todo lo que pasó antes hasta
llega a ese momento.
TRABAJAR CON LA SECUENCIA DE IMÁGENES.
PARA
LAS TRES TAREAS, DEJAROS SORPRENDER POR LA CURIOSIDAD.
Estaré
encantada de recibir vuestras historias, ¡que levanten el vuelo los cuentos!
CONTACTO: salvatrastoteatro@hotmail.es
653 04 55 94 -
Blog: salvatrasto.blogspot.com
REFLEXIONES…
Contar con los Cuentos.
A
contar, como a andar, se aprende contando.
Todas contamos, contar es
conversar,
contar es encontrarse con las otras, es una celebración de la palabra, una
fiesta compartida que precisa de un acuerdo de escucha y una entrega a ese
presente.
Contamos porque vivimos. Perogrullada a
parte, revivir una historia es vivirla en ti, aunque puede que ese cuento fuera
algo que vimos, soñamos, oímos o leímos.
Para luego contar desde nuestra propia
voz, dándole tu latido, revivirlo adentro para poder darle vida. Entonces se
torna interesante, se vivifica y pugna por compartirse.
Contamos porque tenemos algo que
contar y queremos contarlo. Compartimos lo que nos apasiona, es un placer
extra; el airear o relatar la pasión vivida. Apasionamiento; la palabra
necesita energía viva y al mismo tiempo una vibración orgánica que se hace
creyendo en ella.
Contamos porque creemos en lo que
contamos.
Darle valor, credibilidad, aunque sea un sueño, una mentira o un delirio de la
imaginación. Al contar nos ejercitamos en saber crear “mentiras maravillosas o bellas mentiras”.
Contamos porque estamos en el presente. Lo importante para que algo esté vivo es que sea orgánico, que esté viviendo en ese momento, la convicción con lo que cuento transmite eso, me implica. Lo que hace vivo al acto de contar es la entrega total y la predisposición a una presencia auténtica.
Contamos porque activamos la escucha. Escuchamos con la piel, los ojos, los oídos, con el corazón, la intuición… La presencia tiene relación con la escucha verdadera y la apertura al diálogo. Necesita una interrelación de energía de adentro y de afuera, dando y tomando al mismo tiempo. Tal como un cuerpo respira desde dos lados; inspiro y expiro. Contar es estar en continuo movimiento de adentro y afuera. Contamos movilizando una voz de adentro y hacia a las otras personas, al mundo de afuera.
Contamos porque necesitamos la
ficción.
La necesidad de ficción paradójicamente enlaza con la necesidad de la realidad.
Al diferenciar la dualidad (Realidad-Ficción) podemos referir, detectar y
contrastar. La necesidad de la mentira, es también el permiso a nuestra parte
inconsciente, imprescindible para la consciencia.
Las bellas
mentiras son un permiso para vivir los sueños, lo extra-cotidiano, los
delirios, lo que escapa a la lógica o al razonamiento. Contar otorga esa
posibilidad de poder movernos entre la Vida (lo cotidiano) y los Cuentos (lo
extra-cotidiano).
Contamos la experiencia humana;
que es universal,
los temas se repiten, cambian algo las formas, dependiendo de la época y la
cultura. Y en resumen la palabra es puente para el dialogo, es la evidencia de
nuestra experiencia humana de la dualidad en colectividad. Con la palabra
caminamos hacia la consciencia, atravesando la ignorancia, saber nombrar es
apropiarse, es poder nombrar para poder conversar. Conversar con nosotras
mismas, con las otras, con el mundo y hasta con el Gran Espíritu.
Todas tenemos algo que contar, cada voz
cuenta algo genuino.
Entiendo que más que para encontrar
respuestas, la palabra, el teatro, el Arte, puede incitar a la búsqueda
personal, alienta a afinar en la pregunta que necesitamos en nuestro proceso
vital.
Contar es ilimitado, es infinito, y cabe
contar la historia de vida, la propia o la ajena. Tener en cuenta la
responsabilidad de Contar lo que nos nace contar.
Contar puede hacer detener el tiempo. El
acto de contar convoca a conversar con el pasado y el futuro a través
del presente. Cuando se cuenta un cuento, se para el tiempo de la vida, se abre
espacio a sentir otro tiempo. Así podemos, paradójicamente, al parar el tiempo
de la vida, seguir la búsqueda de sentido. Y la vida no tiene un sentido, la
vida es ininterrumpidamente -desde su presencia no desde la idea- es materia en
mutación constante. La vida no tiene fin, es nacimiento y es muerte continua.
Es un proceso de transformación permanente. El cuento es finito, abre y
culmina; se inicia y finaliza. El teatro, las artes, en esencia son eso,
espacios que se ofrecen -dentro de la vida- para encontrarnos con las otras y
con nosotras mismas, deteniendo el tiempo de la vida, para brindarnos un
espacio al encuentro del misterio.
Contamos porque lo necesitamos. Y seguiremos
contando tal que ocurría en la antigüedad, desde las cuevas, porque la magia de
la palabra hablada nos sigue alumbrando hoy.
ENTRENAMIENTO: CONSCIENCIA EN MI
EXPRESIÓN- MEJORAR LA COMUNICACIÓN.
La invitación es a explorar y activar lo
orgánico (desde la consciencia corporal y la alimentación de una mente lúcida).
Entrenar y ampliar mi capacidad de escucha y mi capacidad de entrega a la
imaginación creadora con la experiencia concreta.
Vivenciar el punto intermedio, la
tercera vía, es preciso danzar los opuestos, equilibrio y desequilibrio, forma
y contenido… como un flujo en movimiento. La comunicación o la capacidad de
contar, necesita de forma y de contenido, un corazón palpitante y una mente lúcida
que arriesga y fija. De nuevo el camino se plantea en forma de paradoja. En la
esgrima utilizamos una metáfora para empuñar el sable. Decimos que “es como
agarrar un pájaro, si lo aferramos demasiado; muere asfixiado, si abrimos
demasiado la mano; sale volando”. Con la palabra pasa igual, para que fluya la
energía necesita que se agarre sin aferrar y se permita que siga latiendo sin
que se escape de nuestra piel.
Una agarre suave respirado con
precisión.
Mis
mejores deseos para esos pájaros, esa palabra viva que nos hacen volar,
encontrarnos y reconocernos.
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